sábado, 10 de mayo de 2008

Un succulent gâteau au chocolat







Estaba yo toda glamurosa fotografiando mi nuevo pañuelo de estampado étnico y la repisa de mi dormitorio cuando...


"ding,dong"


Se acabó el glam.


El desratizador/exterminador llama a la puerta. ¡Es verdad! El segundo sábado de cada mes, un señor hindú muy majete se pasa por mi edificio y da con el "fufú" por aquí y por allá, y en un minuto se va. Solo que hoy ni era el hindú de siempre, ni ha estado dos minutos.


Era un armario empotrado de chico, guapísimo y negro, que se ha pasado una hora investigando cada resquicio del apartamento. Ha echado veneno, y luego tapado con madejas de hilo metálico, cada pequeño agujerillo o grieta.


Lo que pasa es que algunos de los resquicios más difíciles de alcanzar (detrás del fogón y de la nevera) eran demasiado estrechos para que él se pudiera meter.


¿Sabéis quién a terminado detrás del mueble de la cocina y de la nevera para echar "fufú" y rellenar los agujeros y las grietas con las madejas metálicas?


¡Cómo me he puesto! ¡La grasa que se acumula detrás de las cocinas!


Esto no tiene nada, pero nada, de glamour.

2 comentarios:

lorena dijo...

Jajajajaj pobrecilla con el fúfú...teneis problemas de bichillos en el edificio o es una costumbre para prevenirlos?

Me encanta tu pañuelo etnico, tiene un colorido precioso.

Besotes!

Aimée dijo...

Pues sí, vogue, la ciudad de Nueva York, tiene un "pequeño" problema con ciertos roedores...

En mi edificio vienen a prevenirlos pero hay ratones y ratas en todas partes: calles, metro...argggg!

besos